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jueves, 1 de septiembre de 2011

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APRENDER A PENSAR

Aprender a pensar.
llegar a un pensamiento intenso es seguir pensando donde los demás no piensan, hacerlo hasta que ya no sea algo general.
¿Pero; que nos induce a no pensar?
Hay influyentes creencias y hábitos que nos determinan a no pensar.
Nuestra tarea es: 1) descartar las creencias que nos llevan a no pensar y 2) instaurar hábitos contrarios de los que nos ponen en el camino de la reflexión raquítica.
Ciertas concepciones que nos distancian del desarrollo del pensamiento.
Existe la creencia de que el pensamiento no se puede desarrollar, que un pensamiento poderoso es un don de la inteligencia, que alguien inteligente piensa bien mientras que los no favorecidos no. Esta concepción es errada.
pensar es una habilidad que puede desarrollarse y perfeccionarse.
Se ve la función de pensar como la circulación de la sangre, algo que no podemos controlar. Entonces se descarta al pensamiento como un campo habilitado al aprendizaje.
Pero el pensamiento nos dice a gritos lo contrario.
El pensamiento es posible que sea controlado por el pensante, y para su optima concreción demanda un desarrollo mediante un plan, su ejecución y control.
Otra creencia que limita el desarrollo del pensamiento es: una cualidad de pensamiento optimo es la rapidez, llamando rápido a alguien que se le quiere señalar como inteligente. como si un buen pensador contestaría a alguna pregunta rápidamente.
Creer esto es condenarse a abolir tu pensamiento. Pensar es dudar, titubear, explorar desde distintos ángulos, contestar, cuestionar , volver a dudar y así sucesivamente.
Pensar sin dudas, sin titubear es como afirmar que el sol es negro. Es predicar la negación de la misma esencia del sujeto.
Pensar rigurosamente es lo que hacemos los hombres para salir de la duda. Alguien que no duda no piensa.
Toda cultura puede ser vista como una enorme segregación del espíritu humano, constituida por un sistema de respuesta en una estantería, que cualquiera que nazca dentro de ella puede con solo estirar la mano acceder a ellas y gozar de los beneficios de la certeza.
¿Qué es la realidad? ¿Qué son las cosas? ¿Existen? ¿En qué, porque, para que existen? ¿Qué es el hombre? ¿Qué soy Yo? ... etc.
Todas estas preguntas y muchas más que nos parecen inútiles, trabajo para filósofos, son las cuestiones de solución mas necesarias para la vida humana.
si nos parecen inútiles es porque nunca nos hemos sentido en la orfandad de no contar con certezas al respecto. No hemos tenido que vérnoslas frente a frente con estas incógnitas para tratar de resolverlas por nuestros propios medios. Todas estas respuestas las hemos recibido pre-fabricadas por el pensamiento de la humanidad, la cultura de nuestro tiempo. Así que no nos damos cuenta de el valor de lo que estamos recibiendo si ningún esfuerzo, ni nos percatamos de la necesidad que estas respuestas tienen para nuestra vida.
Hábitos que nos disponen a no pensar.
Es fácil ver que creencias y la cultura misma nos disponen a no ejercer un pensamiento intenso.
Todos podemos aceptar una proposición como verdadera o falsa precipitándonos. rechazar o aceptar ideas sin mayor consideración ni cuestionamiento.
Para desarrollar un pensamiento intenso es imprescindible, una condición necesaria, adquirir hábitos que dispongan a pensar mucho mas, como dudar, cuestionar y cuestionarse antes de considerar cierta o falsa una afirmación.
La idea es: dudar, cuestionar, preguntar y preguntarse mucho mas.
¿Pero mucho más con respecto a qué?
Tendremos que adquirir la práctica de hacerlo mucho más a lo que es normal que se haga.
en las culturas hay vigencia para la forma de hacer casi todo; también para pensar. El hombre moderno al pensar juega un determinado juego cuyas reglas llevan a su actividad lo que es muy distinto a lo que fue pensar para un Persa del siglo VII antes de Cristo.
Nuestro pensar está gobernado por cierto modelos, que sin que lo notes, conducen, y con ello limitan nuestra acción a la hora de pensar.
entonces pensar mas es pensar desde distintos enfoques, más allá de los habituales, de los ordinarios.
Por ejemplo: como sea como sea lo que piense un financista de Wall Street, otro financista de Wall Street pensara de la misma forma. se podrá decir lo mismo de un abogado Ingles, un científico Alemán, etc. Ellos pensaran de la misma forma al enfrentar ciertas cuestiones típicas.
la frase "forma de pensar" según se usa aquí:
pensar es algo que el hombre hace para salir de una duda. Para contestar una pregunta. Y esta pregunta demanda contestación, porque el hombre necesita saber a que atenerse frene a situaciones desconocidas. Le es menester saber qué hacer.
Pensar es una especie del género: "buscar", pensar es buscar una respuesta a una pregunta.
¿Qué nos es menester para buscar algo "X"?
para buscar algo necesitamos saber que es, no podemos buscar "X" si no tenemos idea de que es "X".
Para buscar necesitamos acotar nuestro campo de acción, seleccionar determinadas dimensiones en las que basaremos nuestra búsqueda por considerarlas relevantes.
¿Cómo decidimos que aspectos son relevantes?
Mediante la idea, que en la ignorancia es la que nos dice que, donde y como buscar la respuesta.
observamos que: 1) Pensar es buscar una repuesta que nos saque de la incertidumbre; 2) Al pensar lo hacemos gobernados por nuestras ideas que nos dicen QUE, DONDE y COMO buscar en cada caso.
Al influjo de los esquemas de pensamiento domínate en todo medio cultural, se le atribuye un arrollador efecto empobrecedor del pensamiento.
Pensar más supone la capacidad de buscar respuestas trascendiéndolos esquemas de pensamiento dominantes.

ARTICULO EDUCATIVO "EL HABITO DE LEER

En la vida moderna, leer es parte del diario vivir y
un medio importantísimo para mantenernos al día
con los avances de la humanidad así como para
intercambiar ideas y puntos de vista sobre
distintos temas.

Día a día, son más los periódicos, revistas, listas
electrónicas de distribución y foros virtuales de
discusión. La capacidad lectora es por tanto una
herramienta valiosísima para mantener ese ritmo,
además de ser un excelente recurso para nutrir el
intelecto y el alma con la extensa variedad de
literatura disponible.

La lectura es un hábito, y como la mayoría de los
hábitos, se desarrolla en casa y de manera más
fuerte durante los primeros seis años de vida.
Pero, ¿cómo si aún no sabe leer?

En primer término, lo que debe quedar claro es
que leer no significa decodificar combinaciones
de grafemas. Leer significa interpretar símbolos o
imágenes; entender el mensaje que otro nos
transmite con las palabras y las ilustraciones.

Los niños desde muy temprana edad, una vez ha
madurado su sentido de la vista, son capaces de
ver las imágenes y si cuentan con un padre o una
madre interesada que los oriente en cuanto al
significado, irán poco a poco entendiendo lo que
ahí “dice”.

El hábito de lectura debe construirse paso a
paso. Es importante que la lectura de libros se
incluya como parte de la rutina diaria, ya sea al
despertar, por la tarde o antes de acostarse. Es
una excelente estrategia como transición entre el
juego activo y la hora de dormir.

El momento de la lectura es un momento más
de juego en el que el padre o la madre interactúan
con sus hijos utilizando como pretexto el libro de
cuentos. Vale la pena hacer de este momento una
oportunidad de genuino contacto, de atención
completa para el niño/a y de estimulación de la
capacidad lectora e imaginativa del pequeño.

Si logramos asociar los encuentros de lectura con
nuestros hijos con sentimientos agradables de
fortalecimiento del vínculo afectivo y de respeto
por el otro, el hábito tendrá una fuerte carga
emocional positiva y esto influirá en que sea fuerte
y duradero.

Algunas ideas para elegir libros para nuestros
hijos de preescolar son:

Verificar que el contenido sea educativo, el
vocabulario comprensible, la narración sencilla y
que el texto introduzca términos nuevos.
Revisar que las imágenes sean atractivas y que
transmitan valores.
Buscar letra grande y poco texto.
Los libros de versos, trabalenguas o adivinanzas
son excelente material para entrenar a los niños
en el ritmo para el aprendizaje de la lectoescritura.

Los padres debemos siempre leer el libro completo
antes de comprarlo o leérselo a nuestros hijos
para verificar que estemos de acuerdo con la
enseñanza de la historia y el vocabulario utilizado.
No compremos nada que no podamos leer o
correremos el riesgo de llevarnos desagradables
sorpresas.

Compartir el hábito de la lectura, es lo mejor que
podemos hacer por nuestros hijos.